Superilla Barcelona
Superilla Barcelona: un nuevo modelo urbanístico.
La superilla es un concepto urbanístico implementado en la ciudad de Barcelona que busca mejorar aumentar la calidad de vida de las personas y fomentar la movilidad sostenible en la ciudad.
Consiste en la creación de grandes espacios a partir de la suma y cierre perimetral al tráfico rodado de varias manzanas, en las que se prioriza el uso peatonal del espacio y en las que se reduce el tráfico de vehículos motorizados.
En estas grandes manzanas se limita el acceso de los automóviles a los residentes y servicios de emergencia y se desvía el tráfico a su alrededor, creando así una zona de calles peatonales y espacios abiertos. Estos espacios se han destinado a la creación de áreas verdes, parques, plazas, zonas de picnic y juegos infantiles y otros usos públicos.
Pero, al margen de estas consideraciones, ¿Qué persigue implantar la creación de superillas?
La idea detrás de las superillas es:
- Promover la convivencia entre vecinos, alentando un estilo de vida activo.
- Reducir la contaminación atmosférica y acústica.
- Mejorar la calidad del aire al limitar el acceso de los automóviles, se busca reducir la congestión vial.
- Fomentar el uso de medios de transporte más sostenibles y eficientes, como caminar, ir en bicicleta o utilizar el transporte público.
Aunque el concepto de superilla se originó en Barcelona, la idea ha ganado atención en otras ciudades alrededor del mundo como una forma innovadora de mejorar la calidad de vida urbana y abordar los desafíos asociados con el crecimiento urbano y la movilidad.
Pero no todo son voces a favor de la implementación de este nuevo modelo urbanístico: hay que destacar que la implementación de las superillas en Barcelona ha generado también reacciones negativas entre algunos de los residentes de la ciudad.
A modo de resumen, algunos de los principales argumentos aportados por los contrarios a la implementación de este modelo urbanístico son:
Accesibilidad y congestión colateral: Al restringir el acceso de los vehículos, argumentan que las superillas han generado congestión en las calles circundantes, desviando el flujo de tráfico y dificultando la movilidad en general.
Negocios locales: Al limitar el tráfico de vehículos, algunos comerciantes locales han expresado su preocupación por la posible disminución en el flujo de clientes y la dificultad para acceder a sus establecimientos. Argumentan que las superillas pueden afectar negativamente sus negocios y, en algunos casos, incluso han informado de una disminución en sus ingresos.
Falta de participación ciudadana: Algunas personas considerando que la implementación de las superillas no ha incluido suficiente participación y consulta ciudadana en el proceso de toma de decisiones sobre su implementación. Argumentan que su planificación y diseño se ha llevado a cabo de manera unilateral por parte del Ayuntamiento de Barcelona, encabezado por su alcaldesa Ada Colau, sin tener en cuenta las opiniones y necesidades de los residentes y comerciantes afectados.
Reducción de espacios destinados al estacionamiento: La limitación del acceso de vehículos a las superillas también ha generado preocupación por la falta de espacios de estacionamiento para los residentes y visitantes. Al reducirse la disponibilidad de estacionamiento en estas áreas, algunos argumentan que esto dificulta aún más el uso de vehículos particulares y puede generar problemas adicionales de movilidad.
Así pues, encontramos opiniones muy diferenciadas entre distintos grupos de residentes y usuarios de la ciudad de Barcelona. La percepción de las superillas varía según la ubicación específica y las circunstancias individuales de cada persona y colectivo.
El consistorio barcelonés se ha comprometido en varias ocasiones a abordar y solucionar mediante una mejor planificación e implementación de soluciones alternativas que satisfagan las necesidades de todos los actores involucrados.